¿Sabemos la diferencia entre captar o atraer leads? Es verdad que el objetivo final es el mismo, generar un número mayor de leads, pero el método mediante el que los conseguimos es distinto.
Al escuchar captar leads resuena por detrás un cierto matiz de intrusividad. Atraer leads es diferente, es algo natural, pasa como todo lo bueno, como si no nos diéramos cuenta. Y lo más importante, los clientes nos encuentran (incluso nos buscan) a nosotros. Para ello debe haber un valor añadido, algo por lo que nos busquen.
¿Cuáles son los beneficios de atraer en vez de captar?
El primero y más importante es que los leads son de mayor calidad. Si ellos han venido a nosotros, claramente hay un interés de compra e interacción con nosotros, y esos leads valen mucho. Y si además de atraerlos, los cualificamos, es decir, los invitamos con propuestas de valor personalizadas y atractivas a convertirse en consumidores regulares, se convierten en embajadores de la marca y se crea una relación y un valor que va más allá de la primera compra. Es lo que llamamos lifetime value.
El diseño de la interfaz es la estructura espacial del contenido. El diseño visual de una página web es tan solo la punta del iceberg. Debajo de él hay un gran número de elementos que no se ven, pero constituyen la base de un proyecto web de éxito: desde el estudio de las necesidades del usuario y de los objetivos de la web, pasando por el diseño de la interfaz, el diseño de la navegación, la arquitectura de la información, el diseño de la interacción, el software… Todos estos factores, que el usuario final normalmente desconoce, se han estudiado y determinado previamente en la estrategia de marketing de la empresa, antes de empezar el desarrollo de la web..
Patrones de diseño
Existen distintas teorías de patrones de diseño, que nos pueden orientar para saber dónde se deben colocar los elementos que se quieren destacar. Estos patrones se basan en el recorrido que hace el ojo cuando lee u observa una interfaz.
La arquitectura de la información es la organización, disposición y estructuración de la información de un sitio web, de tal manera que garantice una buena experiencia de usuario y una navegación fácil e intuitiva.
El diseño de una buena arquitectura de la información permite organizar toda la información de la que se dispone para que el usuario pueda encontrar lo que busca de la manera más sencilla, a la vez que ayuda a alcanzar los objetivos de la empresa. Según quienes sean los usuarios, sus necesidades y qué les gusta o qué buscan en la web, la arquitectura de la información será distinta. Por lo tanto, a quién nos dirijamos influenciará el cómo organicemos la información de la web.
No existe una única manera de ordenar la información, pero para lograr una web bien organizada debemos de seguir los siguientes pasos.
Elaborar una lista de contenido
Primero debemos conocer qué tenemos. Se debe elaborar una lista de contenido del site para saber qué falta, qué sobra y qué hay que actualizar.
En algunas ocasiones experimentamos agobios, estrés, retrasos, incumplimientos en la entrega de tareas. Situaciones que en la mayoría de las veces son evitables si aprendieramos a identificar cuando estamos procrastinando. Procrastinar es dejar de lado lo importante o urgente, y utilizar el tiempo en cosas menores. En otras palabras, procrastinar es demorar de manera irracional las prioridades que tenemos.
En situaciones de baja motivación, con tareas que no se disfrutan, que están mal definidas o que no compensan por dificultad o por su escaso reconocimiento, es muy común desviarse de los objetivos y muy fácil caer en la procrastinación. Éstas son las claves para evitarla a toda costa.
En el anterior post explicamos la técnica Personas para ayudarnos a definir cada uno de los targets que hemos identificado. En este post vamos a ver otra técnica que nos puede ayudar a conocer cómo es nuestro cliente. Esta herramienta es el Mapa de Empatía, la cual nos permite crear un perfil del cliente para entender su comportamiento, sus inquietudes y aspiraciones, con el fin de entenderlo mejor y diseñar páginas web orientas a él.
En el mapa de empatía se incluyen 6 aspectos de tu audiencia o target, y normalmente se rellenan de forma colaborativa entre todo el equipo, en un brainstorming, pegando posits en cada una de las secciones. Este tipo de técnicas son muy utilizadas en las empresas de marketing para entender a los usuarios a los que están enfocando el proyecto.
¿Qué piensa y siente?
Aquí se incluyen las preocupaciones y aspiraciones del cliente. Qué le mueve, cuáles son sus reacciones, qué es lo que realmente le importa, si está contento con los servicios o productos que le ofreces y con qué emociones asocia tu producto o empresa.
Cuando estamos diseñando un proyecto desde cero, debemos conocer los factores internos que condicionan el proyecto: cuáles son los objetivos de negocio, nuestros recursos y limitaciones, cuáles son las fortalezas y debilidades de la competencia, etc. Pero también es importante conocer al cliente al que nos vamos a dirigir incluso antes de iniciar el proyecto. Saber qué necesita y qué le gusta. Es decir, tomar al cliente como centro en el proceso de diseño del proyecto, para ofrecerle una experiencia de usuario óptima diseñada para él.
La Técnica Personas
Para ello utilizamos una metodología o herramienta que se llama Personas. La técnica consiste en ponerte en los pies de cada perfil de cliente identificado y crear personajes con nombre y apellido, lo que te permite establecer una pauta común que nos ayude a entender a nuestro usuario final, con la finalidad de crear interfaces y aplicaciones distintas enfocadas a cada uno de ellos.
Muchas veces, desde Recursos Humanos se centran en enseñar al empleado a ser más productivo con su trabajo y a no perder el tiempo; sin embargo, muchas veces, nos olvidamos de los obstáculos externos que sin darnos cuenta se convierten en estímulos negativos a favor de la improductividad. Uno de estos obstáculos, el desorden.
El sitio de trabajo, tu oficina, tu mesa, cajonera y ordenador son tu templo. A menos que seas un comercial, entre esas cuatro paredes lo das todo. Encaríñate con él, y cuídalo del caos. El desorden impide un entorno de concentración. Cuantos más papeles tengas en tu mesa, más difícil será que tu mente se concentre plenamente en el ordenador y la tarea que tienes que realizar. Imagínatela como una gran montaña de obstáculos que tienes que escalar para poder llegar a tu objetivo. En vez de escalarla, ¿no es más fácil apartarla de tu camino?
¿Os ha pasado alguna vez que un amigo os dice que cuando os conocisteis por primera vez, se hizo una idea errónea de quienes eras? Aunque esa primera impresión se pueda cambiar con el tiempo, no quita que sea muy importante, ya que marca la predisposición con la que esa persona va a interactuar contigo. Pues lo mismo pasa con los sitios web. El usuario juzga una página en los primeros 150 milisegundos, con la diferencia de que no tiene porqué tener la educación de dedicarte un poco de tiempo. Si no le gusta tu web, se irá. En esos 150 milisegundos se hace una idea de quién eres, qué le puedes ofrecer, si eres o no de su agrado, y si le inspiras confianza. Cada primera impresión va a ser diferente según la persona que te juzgue, pero hay algunos aspectos que podemos abordar para que la probabilidad de que una primera impresión sea positiva, y con suerte, acabe convirtiendo.
En el post anterior explicamos qué es la usabilidad web, y dejamos claro cuán importante es la experiencia del usuario. La experiencia del usuario es algo subjetivo, y no hay única respuesta correcta ni homogénea, ya que cada usuario valorará de forma distinta su interacción con una web. Pero existen distintas métricas que sirven de indicadores para evaluar la experiencia del usuario. Vamos a ver algunas.
Net Promoter Score
El Net Promoter Score (NPS) es una métrica que mide la experiencia del usuario a partir de la lealtad de éste. En una escala del 0 al 10, utilizando la respuesta a la pregunta “¿Cuán probable es que recomiende el producto o servicio a un familiar o amigo?”, los usuarios se dividen dentro de una de estas categorías:
Detractores (escala de 0-6), aquéllos que pueden dañar tu marca y dificultar el crecimiento por un negativo boca a boca.
Los Pasivos (escala de 7-8), clientes satisfechos pero susceptibles a ofertas de la competencia.
Los Promotores (escala de 9-10), clientes leales y entusiastas sobre la marca y la empresa. Recomendarán sus servicios y productos e impulsarán el crecimiento de la empresa.
Al restar el porcentaje de promotores entre el porcentaje de detractores obtenemos el Net Promoter Score en una escala de 0-100. Cuan más alto sea el porcentaje, mejor será la percepción de los clientes sobre la empresa.
Al desarrollar y diseñar una web, debemos de tener en cuenta a Google, quien parece ser el que lleva la voz cantante. Si seguimos sus directrices, nos posicionaremos bien. Sin embargo, hay que hacer lo que recomienda hasta cierto punto. No olvidemos que todos los diagnósticos los hace una máquina.
Si por ejemplo Google nos recomendase optimizar las imágenes de nuestra web, pero eso conllevase un atractivo visual menor para el usuario, ahí estamos ante un dilema entre experiencia de usuario y optimización SEO.
El trabajo de una agencia de marketing digital no es solo posicionar tu página web en Google, sino también asegurarse de que el usuario siempre esté cómodo en tu web, a fin de cuentas es el que te va a comprar, y no Google.